La operación de la Real Expedición de la Vacuna

26 oct 2021

(Día Mundial de la Erradicación de la Viruela)

En septiembre de 1803 el médico español Francisco Xavier Balmis llegó a la Coruña. Comisionado por el rey Carlos IV para llevar a América la vacuna contra la viruela, Balmis iba acompañado por su segundo José Salvany, dos cirujanos más, dos practicantes, tres enfermeros y seis niños. A los niños los había reclutado en el Colegio de Desamparados de Madrid y los había vacunado con el suero para que, en los brazos de ellos, pudiera transportarlo hasta la Coruña.

Según el relato del escritor español Javier Moro en su novela histórica titulada A flor de piel, en el hospicio del Hospital de la Caridad, Balmis se encontró con la rectora, Isabel Zendal.

—No os preocupéis [—le dijo—]; de estos niños que os traigo, sólo cuatro continúan el viaje en barco; el resto, los que ya han sido vacunados, vuelven a Madrid.... Lo que voy a hacer es llevarme a algunos niños que estén bajo amparo de la inclusa para la travesía... y quiero que me ayudéis a elegirlos....

»—¿Os vais a llevar niños expósitos a... a América? [—le preguntó Isabel—.]

»—Con permiso de Su Majestad, para librar al mundo de la viruela [—le contestó Balmis].

»—Pero... para tan noble propósito, ¿tenéis que venir a una inclusa a buscar niños huérfanos?

»—No hay otra posibilidad.... Nunca unos padres dejarían marchar a sus hijos tan lejos.... Por eso estamos aquí.... Necesito ir vacunando de dos en dos, por si algún caso no prende.... Para una travesía de cuatro semanas... necesitaré veintidós niños... [y] la quiero [también] a usted.

»... Luego Balmis... la conminó a unirse a la noble tarea de salvar al mundo....

»—En la expedición sois irremplazable; esos niños os conocen y os respetan.

»Al final, [Balmis] había conseguido... el permiso del rey para contratar a Isabel, sin la cual no hubiera sido posible reunir el necesario número de niños —concluye Javier Moro—. Juntos habían acudido al Hospicio de Santiago a reclutar a los que faltaban....

»El 30 de noviembre de 1803, zarpaba de La Coruña la corbeta María Pita.... Al poco tiempo, tenían la Torre de Hércules por el través.»1

Llegaron a las Islas Canarias en enero de 1804, donde vacunaron a la población y establecieron un centro de vacunación. A Puerto Rico llegaron en febrero y a las costas de la actual Venezuela en marzo. En Caracas se estableció la primera Junta de Vacuna del continente, que sirvió de modelo para las muchas que se instauraron a lo largo de toda la expedición, que de ahí en adelante se dividió en dos grupos. El primer grupo, encabezado por Balmis, recorrió Cuba y el Virreinato de la Nueva España (por el actual territorio de México), llegando después las vacunas a Norteamérica. El segundo grupo, a cargo de Salvany, recorrió los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Argentina, ¡y cuando Salvany falleció en Cochabamba, donde está enterrado, su sucesor llevó la vacuna a Chile, hasta alcanzar la Patagonia en 1812!

Quiera Dios que, así como los que se unieron a Balmis para librar al mundo de la viruela, también nosotros nos unamos a su Hijo Jesucristo para salvar al mundo del pecado. Es que sólo Cristo puede salvarlo, pero no Él solo, pues nos ha comisionado a nosotros para que lo acompañemos en esa noble tarea.2


1 Javier Moro, A flor de piel (Barcelona: Seix Barral, Editorial Planeta, 2015), pp. 138-88.
2 Mt 28:19; Mr 16:15; Lc 24:47-49; Jn 20:21; Hch 1:8
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